A menudo recibimos quejas y reclamaciones de personas con discapacidad que han visto vulnerados sus derechos. Muchas de estas quejas están relacionadas con la accesibilidad: o bien porque en su comunidad de vecinos no quieren instalar un ascensor adaptado, o porque hay unas escaleras que dificultan (¡o impiden!) el libre acceso de las personas con movilidad reducida, o porque en el trabajo no han aplicado las medidas adecuadas para poder trabajar con normalidad… y todas aquellas que hacen referencia a las barreras arquitectónicas en los espacios y equipamientos públicos.
Una de estas quejas nos la hizo llegar Santiago (el nombre es ficticio, para preservar su anonimato). Se encontraba con el caso de que en su segunda residencia no hay ascensor, y su mujer tiene dificultad de movilidad. Esta dificultad la superan subiendo lentamente por las escalas del edificio, con la recompensa de llegar a su lugar de descanso y vacaciones habitual. Este no era el problema. El problema apareció cuando el presidente de la comunidad de vecinos acordó con la empresa proveedora de los extintores que tienen que estar por normativa legal en los espacios comunes colocarlos en el espacio de la escalera que mejor les convino, sin el consenso del resto de la comunidad, contraviniendo la normativa vigente sobre la colocación de los equipos anti-incendio, y con el agravante (he aquí la sustancia del asunto) que imposibilitaba a la señora de Santiago el paso por la escalera por donde tenían que acceder a la vivienda, dadas sus particulares dificultades de movilidad. Santiago, pues, vio como el acceso a su residencia se convertía en una misión imposible.
Santiago pidió en diferentes ocasiones que cambiaran los extintores de ubicación; pidió la convocatoria de la asamblea de vecinos y vecinas; instó por todos los medios posibles al presidente de la comunidad el cambio de lugar, etc., etc., etc. Todas estas peticiones topaban con un silencio casi ofensivo. Vista la no-respuesta y que el acceso a la vivienda seguía siendo complicado, pidió al Ayuntamiento del municipio que tomara parte en el asunto. Éste, sin embargo, respondió que no se podía involucrar en una disputa entre particulares.
Y es entonces cuando Santiago encontró el contacto de Cocemfe Cataluña, nos expuso su caso y nos pidió cualquier ayuda posible. Desde la oficina técnica de Cocemfe Cataluña le pedimos una prueba gráfica de la ubicación de los extintores, y algo más de detalle sobre la evolución de los hechos. Y trasladamos una consulta a la Asesoría jurídica de Cocemfe – Servicios Centrales sobre cómo en Santiago se podía defender para resolver la situación.
Desde Cocemfe estatal respondieron con un largo informe sobre la accesibilidad, la normativa vigente sobre la ubicación de los equipos anti-incendio, y la recomendación de buscar un servicio jurídico de defensa de los derechos que amparan a Santiago para presentar una denuncia formal al juzgado correspondiente por territorio. Así lo trasladamos al afectado, habiendo buscado previamente una letrada dispuesta a hacerse cargo del caso, y el consejo de agotar todas las vías posibles extra-judiciales, para ahorrar un tiempo que se preveía largo y en el cual continuaría sin poder gozar de su segunda residencia.
Con este consejo, Santiago decidió plantar el día 22 de diciembre pasado en el lugar más visible posible una pancarta de considerables dimensiones donde se podía leer (textualmente):
GRAVE PELIGRO. EXTINTORES MAL SITUADOS DESDE ENERO DEL 2024. Responsable: el presidente. (Disculpad la calidad de la imagen)
La fotografía iba acompaña de este mensaje: “Muchas gracias, Cocemfe, por vuestra paciencia. Como la administración de Justicia va tan lenta, he decidido hacer el que os enseño en la foto. Si da resultados os lo haré saber”.
La siguiente noticia fue este mensaje de Whatsapp que os transcribimos, y que recibimos el día 9 de enero: “Buenos días y buen año. Por si puede ser útil a alguien, la pancarta sirvió para que en menos de 72 horas los extintores estuvieran cambiados de lugar, a ubicaciones menos peligrosas y que facilitan el acceso por la escalera. Parece ser que el Ayuntamiento, mediante la Guardia Urbana, se puso en contacto con el presidente de la comunidad, y éste dio orden a la empresa de extintores que hicieran lo que les habían mandado. Batalla ganada, después de un año de quejas y molestias sin fin. Muchas gracias por vuestra ayuda moral y vuestra comprensión. Saludos cordiales y los mejores deseos a Cocemfe Cataluña“.
“Por si puede ser útil a alguien…”, nos decía Santiago. Y así os lo compartimos: la paciencia y la constancia de Santiago a lo largo de 12 meses, no perder la calma ni los estribos, consultar todas las vías posibles y recoger argumentos para convencer… y finalmente echar por el derecho con un puñetazo colgado al balcón (pero sin faltar al respecto a nadie)… se ha demostrado efectivo, eficiente y eficaz.
Moraleja: ante la vulneración de derechos, no ceder. ¡Para eso los tenemos!